Zdenek Zeman es hoy uno de los profetas del futbol italiano, sin embargo este papel no es de su agrado. La historia de su país le ha enseñado que estos personajes a menudo se convierten en mártires. Nacido en Praga en el 1947, durante su juventud tuvo que huir de las tropas soviéticas y se refugió en Italia en casa de su tío, Cestmír Vycpálek, que fue antes jugador de la Juventus y después entrenador de su filial.
Más allá de su idea de futbol, a las antípodas del catenaccio, es sin duda a su personalidad a la que se debe su popularidad en el panorama futbolístico italiano: no habla mucho y se comunica sobre todo con sus profundas miradas y largos silencios, que llena con el humo de sus cigarrillos.
Las entrevistas del verano de 1998
A Zeman no le gusta someterse a las entrevistas, pero en el verano del 1998 con pocas palabras provocó un terremoto. En aquella época el mundo del deporte estaba chocado por el “caso Festina” que desbarató el Tour de France ganado por Marco Pantani. Después de tantas sospechas, se puso así de manifiesto que las prácticas de dopaje eran una costumbre común en el ciclismo.
“Me gustaría que el futbol saliera de las farmacias y de las entidades financieras para seguir siendo sólo deporte y diversión” dijo el entrenador mientras estaba con su Roma en las Dolomitas preparando la nueva temporada.
Tan claro y genérico el mensaje, tan indignadas y tajantes fueron las reacciones: en Italia se desató un escándalo. El presidente del Comité Olímpico Italiano, Mario Pescante, y el equipo ganador del último Scudetto, la Juventus, tuvieron las reacciones más contundentes. Muchos otros acusaron a Zeman de buscar publicidad con sus declaraciones polémicas porque no podía obtenerla con sus éxitos deportivos: nunca había ganado nada.
El bohemo se declaró sorprendido de tanto revuelo mediático: “Significa que hay realmente algo que no va… Yo quiero sólo invitar a los jóvenes a que no tomen medicamentos para hacer deporte, porque si uno es sano, no necesita píldoras o terapias intravenosas. Me llegan cada semana decenas de trípticos de farmacéuticas que promueven productos para mejorar las prestaciones de los futbolistas hasta un 60%”.
Zeman confirmó sus ideas pocos días después: “Soy un hombre de deporte y creo que hay que evitar que la Serie A acabe como el Tour – dijo – Mi sorpresa por las explosiones musculares de algunos jugadores de la Juve empezó con Vialli y sigue con Del Piero: yo he practicado varios deportes y pensaba que estos resultados se podían obtener sólo con años de culturismo”.
“Las presiones sobre los jugadores se hacen cada día más fuertes y es siempre más difícil resistir a las tentaciones de la píldora mágica. Yo seré un romántico, pero creo que los entrenamientos son más importantes que la química. Y si estos fármacos provocaran algún daño? Quién puede garantizar que los daños no se manifestaran a largo plazo?” Comentó el bohemio que al mismo tiempo admitió el uso de creatina (un integrador dietético) por parte de sus propios jugadores.
Las reacciones al escándalo doping
A raíz de estas declaraciones, la opinión pública se encendió en un vórtice de títulos en las portadas de los periódicos. Siguieron meses de noticias “bombas” basadas en las investigaciones tanto de la Federación futbolística italiana, como de la Justicia ordinaria. .
Empezaron a salir a la luz las primeras irregularidades. Se descubrió que del laboratorio Acqua Acetosa en Roma desaparecieron documentos sobre las analíticas antidoping de varios jugadores italianos. Como consecuencia Mario Pescante, después de haber criticado severamente al técnico bohemio, se vio obligado a presentar su dimisión.
La Juventus, que denunció por calumnia a Zeman, empezó a ser el objetivo predilecto de las protestas de los aficionados de fútbol en todos los campos de Italia. Las reacciones no se hicieron esperar y el entrenador de la Juventus, Lippi, propuso la suspensión de los partidos en presencia de pancartas que hacían referencia al escándalo.
Intervino incluso el Gobierno, liderado en aquel entonces por Romano Prodi. La ministra de deporte, Giovanna Melandri, impulsó una ley para la lucha contra el dopaje que preveía una pena de tres años y tres meses para quien practicase el dopaje a un atleta, incluso bajo el conocimiento y consentimiento de éste.
Posteriormente, en el verano del 2000, fue publicado un estudio del Instituto Superior de Sanidad según el cual 165 futbolistas
habían muerto en los últimos 30 años por el abuso de fármacos y doping. Algunas estadísticas demostraban que los futbolistas profesionales tendrían una probabilidad 35 veces más alta que la media de la población de enfermarse de leucemia y cáncer hepático. Además, apuntaban la presencia de una elevada incidencia de una enfermedad poco común, la Esclerosis lateral amiotrófica, que en EEUU es conocida como morbo de Lou Gehrig, cuyo nombre se debe al jugador de béisbol que fue el primer deportista en fallecer a causa de esta enfermedad.
La situación obligó al mundo del futbol italiano a introducir los primeros cambios en las prácticas del control antidoping. Controles más rigurosos sacaron a la luz varios casos positivos, llegándose a conocer la temporada 2000/01 como la de “la liga del nandrolona”, a raíz del número de atletas que resultaron positivos a este esteroide. Entre otros, Bucchi y Monaco del Perugia, Couto y Negro de la Lazio, Gillet y Osmanovski del Bari, Caccia y Sacchetti del Piacenza, Davids de la Juve, De Rold del Pescara y Torrisi del Parma fueron algunos de los casos.
No obstante estas evidencias Marcello Lippi declaró: “Para mí el doping en el futbol no existe, yo les absolvería a todos”. Zeman se mantuvo seráfico, como siempre. “Desde el primer día que hablé de fármacos, dijeron de tenía que curarme. Luego, cuando hablé del desarrollo muscular de Vialli y Del Piero, se pasó a los insultos. Yo nunca hablé de dopaje y el hecho de que en el cuerpo de los dos futbolistas se hayan producidos cambios es una simple realidad”.
3 Comments
Dos aclaraciones: Davids dió positivo jugando por la selección holandesa contra Austria, partido sucesivamente anulado por la FIFA, por el cual el jugador fue suspendido. La segunda, el doping en Italia existe desde los años 1960 y aún existe, pero nadie recuerda del scudetto de 1964, el más polémico de la historia y ganado por el Bologna a pesar de positivos en el control antidoping a sus futbolistas, nadie se escandaliza del Milan cuando Borriello dió positivo por EPO (sustancia no ambulatoria) o que Gattuso rechaze públicamente participar del control antidoping y menos en las acusaciones de doping contra el Milan de Rocco y el Inter de Herrera (en esta última, el acusador ganó el juicio por difamación). En Italia simplemente se es capaz de vender hasta a la madre por ganar un partido…
En 2003 el ex jugador interista Giorgatos acusó de doping al Internazionale y nunca se investigó siguiera…
Increíble lo del dopaje…el olvidado y criticado Carlo Petrini, ex de Bologna, ha hablado mucho de todo esto sin que nadie le haga caso…
En España es peor, se vive en la ilusión de que no existe dopaje en el futbol porque no se han conocido positivos. En la famosa Operación Puerto de encontraron más de 200 bolsas de sangre, de las cuales sólo 99 eran de ciclistas. Las otras 100 eran de otros deportistas, entre ellos futbolistas, pero ni siquiera se investigó de quien podrían ser…