La decadencia del “més que un club” en el Barça

Es el momento, creo yo -desde la perspectiva de lo que concierne a los profesionales de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte- de transmitir qué es el deporte exactamente, y que situemos en su justa medida al orden catalán que gobierna todas las cosas (o casi todas) que no es otro que nuestro querido Barça. Porque tendréis claro, que si a día de hoy un personaje llamado Joan Laporta -abogado de profesión e hilarante político en la actualidad-, está donde está, con la proyección social o incluso con el poder político que ostenta, se debe al club que presidió en su momento, el Futbol Club Barcelona, y del usufructo que desarrolló activamente siendo presidente. Pero más allá de personajes, ¿Se debe mezclar política, proyección social o incluso asuntos o negocios privados a través de una institución deportiva?, ¿Qué es el Barça?, ¿Qué debe ser el Barça? En fin…plantearé diferentes perspectivas que pretendo transmitir para colocar cada cosa en su justa proporción.

Hace poco tuve una charla que podríamos catalogar como “de colegas”, con Javier Olivera Betrán, el director de la prestigiosa Revista Apunts, dedicada a las Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. En ella departimos diferentes temas y entre ellos, aunque no estaba previsto, también tocamos el Barça, si me permiten, por defecto. Desde la perspectiva de nuestro ámbito profesional, ambos nos consideramos humanistas de visión, misión y valores, por las aspectos positivos que se desprenden de este enfoque en la sociedad.

Una visión, misión y valores para vehicular el deporte, y con los cuales también Pep Guardiola, en la institución, o empresa Barça, desempeña e intenta transmitir a sus jugadores, dejándoles libertad para que se realicen y crezcan como personas de forma libre y sin ataduras, pero eso si, pidiéndoles también honestidad y compromiso a la hora de actuar, acorde a una filosofia, el Barça, club de más de 100 años de historia y con un sentimiento especial para sus aficionados. Os preguntaréis…¿Por qué un excepcional y exponencial Eto’o con 36 goles en las 3 competiciones, (Liga, Copa del Rey y Champions) en las que jugaba con el Barça, dejó de formar parte en el año 2008 cuando estaba en el momento más dulce de su carrera? Seguramente por el hecho de no compartir esta visión, misión y valores que impuso Pep Guardiola, y con la que quizá el camerunés no estaba del todo a gusto o era reacio desde un principio.

Pero si dejamos de un lado ahora el tema Guardiola, y el tema fútbol, quiero proponeros una visión más integral y holística de qué es, o hasta hace poco, qué era el Futbol Club Barcelona.

Miren, el Futbol Club Barcelona, si exceptuamos las grandes secciones deportivas de Fútbol, Baloncesto o Balonmano, era un Club con un amplio abanico tanto de practicantes, como de seguidores y espectadores en sus diferentes secciones, entre las que podríamos destacar, aparte de las ya nombradas: el voleibol, el atletismo, o el propio béisbol, que tristemente desapareció de forma automática en Junio del 2011. Estos deportes denominados “de aficionados” compiten solo a nivel de Cataluña. Pues bien, una cosa es hablar de qué es actualmente el deporte espectáculo o profesional, y como se entremezcla y manipula tanto a nivel de intrusismo en su gestión, como a través de los medios de comunicación, caso del Fútbol o el Baloncesto, y la otra, que es difícil comprender según la perspectiva de un profesional de las Ciencias Deportivas, es la de definir, como hizo el diario Sport, a estos otros deportes, que compiten en primerísima línia nacional y europea, como “deportes de aficionados”.

Parece ser que si no juegas a fútbol o a lo sumo baloncesto, quizá tenis, golf o motor, no seas un deportista profesional. El entrenamiento físico y psicológico, además del invisible, de un atleta, jugadores de béisbol, o ciclista de nivel de este mismo club, ya por el simple hecho de ser la mayoría de veces de más horas que el de un futbolista, no merece el trato de “deporte aficionado”, y en otro orden de cosas, no debería haber sufrido los recortes tan dramáticos a los que han sido sometidos, más si se compara la nimiedad que representan sus presupuestos con respecto a las grandes secciones del Barça.

Mi perspectiva de que el F.C.Barcelona és “més que un club” queda en entredicho con esta toma de decisiones. Porque precisamente este emblema, cuajó como seña de identidad por lo que representaba el Barça a nivel político, pero también en lo deportivo, al ser un club con secciones en prácticamente todos los deportes populares desde la época de su fundación, convirtiéndole en una institución prácticamente en paralelo a las demás instituciones públicas de Catalunya. Así pues, el “més que un club” difícilmente se puede seguir utilizando, al tambalearse los cimientos de varias de sus secciones históricas, con aficionados, entrenadores, deportistas y simpatizantes que llevaban muchos años de trabajo, y que se han visto recortadas, o simplemente borradas del mapa, porque había que subir la ficha de un jugador del deporte rey uno o dos millones de euros.

El Futbol Club Barcelona, tiene aficionados y deportistas que disfrutan practicando y compitiendo deportivamente al más alto nivel en las demás secciones. Y se sienten muy orgullosos por ello. Pero ahora mismo parece ser que el rumbo no es el de cultivar otras aficiones que no sean la del fútbol.

El mundo del deporte se hace insostenible, a nivel especialmente del fútbol, en donde la crisis socioeconómica, pero especialmente de valores con la que vamos a convivir muchos años, ha hecho y hará mella definitivamente, haciendo desaparacer más clubes por las irregularidades de los negocios que los sustentan, o por haber sido patrocinados y esponsorizados en un alto porcentaje por el valor ladrillo evidentemente en caída libre. Recordemos que los informes a nivel de tributación de Europa, nos da unas cuentas negativas de medio billón de euros no pagados a sus respectivos países por los equipos de fútbol de primera División.

Entonces mi perspectiva, en este caso del Barça, debe ser la de recuperar este insigne esfuerzo por recuperar sus secciones, y todo su tejido de club que no pertenece solo al fútbol, y que no debe de tener menos derechos por ello de gozar ni trasladar los valores del deporte vertebradores para la persona con sus beneficios psicofísicos y sociales. Asímismo también las metas u objetivos competitivos y de excelencia a lograr por sus diferentes deportes.

Me gustaría acabar diciendo, a pesar de todo un “¡Visca el Barça!”, aunque no un “¡Visca Catalunya!”, porque queda todavía mucho trabajo crítico y constructivo en nuestra sociedad para que el deporte tenga cabida como un proceso activo vertebrador de valores y de beneficios globales e integrales. Y los profesionales de mi ámbito debemos trasladar este propósito. Los profesionales de la política también deberían trasladar más esfuerzo por culturalizar políticamente a los ciudadanos, y no querer mezclar la proyección social del deporte para la proyección social personal o la política.

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