En el artículo de hoy, intentaré profundizar sobre uno de los fenómenos de moda: Ricky Rubio. Procuraré ser lo más técnico posible para que el lector disponga de una visión más profunda, más allá de los pases por la espalda o Alley Oops que le caracterizan y que posiblemente llamen más la atención sobre él a primera vista.

Ricky Rubio, por ponerlo en antecedentes, debutó en la ACB con 14 años en Octubre de 2005 con el DKV Joventut ante el C.B. Granada de la mano de Aíto García Reneses, que posteriormente declararía que “no es que yo apostara por él sino que él merecía que yo apostara por él”. Era cadete de 2º año. Ese mismo año, en Linares ganó el europeo cadete dominando la competición como nunca nadie lo había hecho antes. En la final ante Rusia consiguió 51 puntos, 24 rebotes, 12 asistencias y 7 recuperaciones, pero dejó una anécdota inolvidable para el recuerdo de la que luego hablaré. Tras cuatro años en la Penya, donde más allá de ganar la Copa del Rey en 2008 fue copartícipe de uno de los baloncestos más vistosos jamás vistos en la ACB, fichó por el F.C. Barcelona donde dominó la liga española y fue campeón de Europa en 2010. Este año ha sido fichado por los Minnesota Timberwolves de la NBA donde ya es base titular, aspira a ser nombrado novato del año y está deslumbrando a propios y extraños. Entre medias, por supuesto, ha sido dos veces campeón de Europa con la selección absoluta y plata olímpica en los J.J.O.O de Pekín 2008.

Aparentemente, Ricky Rubio es muy conocido por su “magia” como jugador de baloncesto, por sus Alley Oops, pases de espaldas, pases por debajo de las piernas y demás jugadas “brillantes”. Esto en la NBA es muy vistoso, ya que allí el “show” está casi por encima del propio baloncesto, es decir, espectáculo por encima de deporte, pero Ricky Rubio es mucho más que un jugador de baloncesto que da espectáculo como me dispongo a demostrar.

En baloncesto, hay jugadores que tienen un “don” especial para entender el juego, saber donde tu equipo tiene ventajas, para quién jugar, cuál es la mejor decisión a tomar etc. y Ricky es uno de ellos. Mentalmente, es un jugador privilegiado. Sin duda su cabeza es su mejor virtud, ni el pase, ni el tiro, ni el dribling, ni el aspecto defensivo, aunque en todos y cada uno de ellos también es un jugador destacado. Posiblemente sea uno de los jugadores más inteligentes que haya pisado una cancha de baloncesto, una persona asombrosamente madura para su edad y lógicamente muy adelantado a otros jugadores jóvenes de cuando él tenía 14, 15 o 16 años. En este vídeo podréis ver la cantidad de balones que roba, además de por su envergadura de brazos, por su inteligencia, por saber dónde va a ir el balón y en ese otro le vais a ver defendiendo en muchas otras situaciones: a tiradores, a bases, en el lado de ayuda (lado contrario al balón), con intensidad, “flotando” (separándose) y en muchas otras situaciones,casi siempre de forma brillante.

Curiosamente, y a pesar de tener una cabeza privilegiada, el año pasado tuvo un año complicado, precisamente por lo autoexigencia a la que se somete. Hubo momentos en los que le pudo la presión, como ya le sucedió en los primeros partidos del Eurobasket 2009 al ser el base titular ante la ausencia de José Manuel Calderón. Fue bastante criticado por renunciar a tirar en situaciones claras de tiro hasta el punto que Zeljko Obradovic basó su planteamiento ante el F.C. Barcelona en los cuartos de final de la pasada euroliga en la falta de confianza de Ricky en su tiro de larga distancia, con un éxito indiscutible. Ricky es un perfeccionista, un jugador que iba a las 7 de la mañana a trabajar su técnica individual al pabellón olímpico de Badalona y que se ha pasado todo el “lock-out” de la NBA trabajando específicamente su tiro. Como se puede apreciar en el siguiente vídeo, no era cuestión de que no tirara bien sinó más bien de confianza, de hecho tenía porcentajes espectaculares en tiro exterior en su etapa en categorías inferiores.

Por último, contaré una inolvidable anécdota sobre él, que le define claramente. Os pondré en antecedentes. En la antigua normativa, se diferenciaba entre reloj de partido y reloj de posesión a la hora de controlar un balón. Es decir, con el balón y el tiempo parado, el reloj de partido se ponía en marcha en el momento en el que un jugador tocaba el balón pero no así el reloj de posesión de balón que se ponía en marcha cuando en jugador controlaba (botaba o cogía) el balón. La diferencia era ligera pero sustancial. Me explico: si el reloj de partido marcaba 27” para acabar el mismo y tu equipo 24” para tirar se podía jugar con la picaresca de tocar el balón o controlarlo con el pecho sin que el reloj de posesión empezara a descontar segundos. Transcurridos 3, ya lo podías controlar, de forma que tu equipo podía disfrutar de la posesión entera.

Esto mismo hizo Ricky en el Europeo de Linares en 2006, siendo ¡¡¡cadete!!! Un hecho sin precedentes, tanto así que la mesa de anotadores ni se dio cuenta. Cuando se lo contaron al inolvidable Elmer Bennett, compañero por entonces de Ricky y experto en mil batallas, solo pudo decir “eso es pensar demasiado” Aquí os dejo la “prueba” del delito.

Posteriormente, tuvo algunos ilustres imitadores…Lamentablemente, hoy en día han cambiado las normas para que la gente no tan lista como Ricky Rubio no esté en desigualdad, ajustando el reloj de posesión y el de partido, o sea que han igualado “por abajo”, penalizando al mas listo. Una pena.

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